Borrón y cuenta nueva, es la postura del presidente de la Asamblea, Henry Kronfle, que invitó al presidente Daniel Noboa al diálogo, como mecanismo para resolver las diferencias entre las dos funciones del estado.
Eso sí, diálogo con la verdad, «como lo habíamos venido haciendo», dijo Kronfle.
Sus declaraciones trascendieron en el parlamento, Valentina Centeno, jefa de la bancada de gobierno, dijo que sí al diálogo, pero con condiciones:
«Cuando acabe el pacto antigobierno, cuando terminen estos ataques o esa intensión de dinamitar y entorpecer el trabajo del gobierno».
Y a la lista añadió que la Asamblea intenta sacar a los ministros del gobierno adelantando juicios políticos; que crea comisiones ocasionales que entorpecen el trabajo del presidente Daniel Noboa, en definitiva, que el legislativo actúa como un enemigo y así es complicado sentarse a conversar.
«Algunos asambleístas sí son enemigos, esto empezó con ponerle a la Fiscal General del Estado frente de Ronny Aleaga, a quien se le ocurre en semejante barbaridad».
Mientras que Leonardo Berrezueta, asambleísta Revolución Ciudadana, indicó:
«El Presidente de la República mira fantasmas donde no hay, quiere echarle la culpa a la Asamblea de las improvisaciones».
El Partido Social Cristiano, Pachakutik y Construye, apoyan el diálogo para manejar una agenda parlamentaria común, que permita aprobar leyes, pero no desconocen que estar a puertas de una elección presidencial agudiza las diferencias.
Pedro Velasco, asambleísta independiente, indicó:
«Cuando sea el periodo electoral que es en enero, que tiene que hacerse campaña política, pero no adelantemos seis meses antes en ninguno de los dos sectores».
Así, la posibilidad de que ejecutivo y legislativo se sienten en la misma mesa, continúa en el limbo.