Fernando, un joven de 17 años, registró malestar general, dolor de garganta y constante presencia de mucosidad luego de salir de su horario habitual de clases en un plantel educativo del norte de Guayaquil.
El cuadro de síntomas se mantuvo al siguiente día, por lo que sus padres desistieron de enviarlo a clases presenciales.
En su entorno, en días previos, varios compañeros del plantel tuvieron similares dolencias, también faltaron a clases y sus padres acudieron a laboratorios a buscar la realización de pruebas de COVID-19, que finalmente dieron positivo.
Con ese balance, los padres de Fernando desistieron de tomar la prueba y trataron la dolencia en casa.
“Lo tomamos como una gripe, dimos medicamentos para gripe, ibuprofeno, curam, fluimucil, ya nos quedamos nomás así”, dijo el padre de este joven que por ahora está en proceso de recuperación.
Asimismo, Paúl, trabajador de una empresa, estuvo rodeado de varias personas que estuvieron en una reunión por un cumpleaños y el domingo anterior tuvo un cuadro gripal.
El primer usuario no fue a un laboratorio a verificar si portaba algún virus, como COVID-19, sin embargo, el segundo caso acudió para evitar llevar el virus a su entorno laboral.
“Dije en el trabajo cómo me sentía, con los malestares, me mandaron reposo y a tomar la prueba”, dijo Paúl, quien en la tarde del martes anterior esperaba obtener los resultados del test.
Una mayor concurrencia de adolescentes y también adultos se ha evidenciado en determinados laboratorios que ofrecen la toma de pruebas comprobables de COVID-19, influenza y otras dolencias respiratorias.
En algunos sitios hay un alza de demanda de estos tests por parte de usuarios. También ha aumentado la atención en galenos para revisiones por estos malestares. No obstante, algunos solamente se tratan en casa.
Hasta la semana epidemiológica 20, el Ministerio del ramo detalló que se notificaron más de 766 casos de infecciones respiratorias agudas graves (IRAG) que lideran el virus sincitial respiratorio (VSR), influenza B A/H3N2 y SARS-CoV-2, a nivel nacional.
En un centro clínico del sur de la urbe, Sandra Reyes, laboratorista del establecimiento, indicó que han tenido al menos diez solicitudes de pruebas para verificar la posibilidad de pacientes con COVID-19 y además influenza. Entre ellos hay menores y adultos referidos de una casa de salud pública situada también en el sur.
“Normalmente ya no estaban llegando (casos de COVID-19), ahora sí hemos tenido casos positivos”, dijo la especialista de laboratorio.
De cada diez pruebas, un promedio de dos casos han dado positivo para COVID-19 a través de pruebas rápidas, mientras que entre cinco y seis han dado positivo en influenza A y B en ese centro.
Además, en ese sitio se toman pruebas para rinitis sincitial, otro virus que genera infección respiratoria.
“Algunos incluso han pasado el periodo de infección del virus (de COVID-19) y han hecho salir positivo el IGG (que ya pasó la enfermedad) y no el IGM (que está en proceso de ser infeccioso)”, expuso la laboratorista.
En el caso de estas dolencias tienen síntomas parecidos, como malestar, fiebre y mucosidad, por lo que pueden confundirse entre sí, y para cada una hay sus pruebas.
Aquellas personas que presentan resultado negativo en pruebas rápidas de COVID-19 y si siguen con sintomatología atribuida al virus, se les sugiere tomar una prueba PCR para verificar si tienen o no el virus, dijo la laboratorista. No todos acogen esa solicitud y siguen sus labores habituales.
Ella indicó que en algunos casos de empresas o planteles educativos se hace caso omiso para adoptar cercos epidemiológicos, solo se pide que los afectados falten a sus actividades presenciales hasta que pasen el cuadro viral y el resto siga asistiendo sin cambiarse a modo virtual.
En otro laboratorio del norte de la urbe, especialistas también expusieron que hay quienes se acercan solo para corroborar si tuvieron algún virus una vez que pasan los malestares o síntomas que podrían parecerse a una gripe común. “Más que nada vienen porque las empresas les piden o porque ya en su entorno alguien ha tenido el virus”, dijo un dependiente del establecimiento.
Una vez corroborada la presencia de algún virus, galenos indicaron que recomiendan tomar medidas preventivas, como aislamiento, medicamentos determinados, armar cercos epidemiológicos si el contagio se da en entornos de trabajo o colegiales, tener una buena alimentación para mejorar defensas y tomar vitamina, sobre todo la C.
Evelyn Espinoza, coordinadora médica del laboratorio Segumedik, ubicado en la avenida Orellana, indicó que el mes anterior acudieron 30 pacientes por síntomas respiratorios, de estos, tres dieron positivo para COVID-19 y el resto estuvieron catalogados como enfermedades respiratorias, entre esas, una gripe regular.
“Antes no teníamos (pacientes con) síntomas respiratorios, asumimos que con la temporada invernal adicional a todo el proceso propio de demanda de virus pueden aumentar los casos en pacientes que acuden a las citas médicas”, explicó la especialista, quien agregó que en todos los casos se dio seguimiento y ninguno tuvo un cuadro de gravedad.
Hasta fines de junio anterior, el Municipio contabilizaba 500 atenciones por distintas enfermedades de vías respiratorias, entre ellas, rinofaringitis, rinitis alérgica, faringitis aguda, amigdalitis, bronquitis, rinofaringitis, entre otras.
Actualmente, las pruebas de COVID-19 varían sus valores entre $ 12 por el test de antígenos, PCR entre $ 30 y $ 34, y de anticuerpos por $ 15.