Un experimento que ha sorprendido a muchos en Japón, usted se puede imaginar una mano robótica que no solo se mueve como una humana, sino que también se cansa, pues ya es una realidad y no se trata de una fantasía de ciencia ficción, sino del resultado de una innovadora investigación japonesa que ha combinado tejidos vivos con estructuras sintéticas. El proyecto podría marcar un antes y un después en la robótica biohíbrida.
Ahora, los Científicos de la Universidad de Tokio lograron desarrollar una mano robótica funcional con músculos vivos creados en laboratorio. Este logro fue posible gracias a una técnica pionera que evita que los tejidos musculares sufran necrosis, un problema recurrente cuando se trabaja con tejidos cultivados demasiado gruesos. Por su parte, el equipo liderado por el profesor Shoji Takeuchi, diseñó delgadas capas musculares que luego fueron enrolladas sobre sí mismas en forma de cilindros, similares a un makisushi. Estos cilindros, llamados MuMuTAs (actuadores de tejido muscular múltiple), permiten una adecuada circulación de oxígeno y nutrientes, al tiempo que generan fuerza suficiente para activar los movimientos de una estructura robótica.
En este sentido, la mano creada mide 18 centímetros y fue impresa en 3D. Cada uno de sus cinco dedos tiene tres articulaciones, controladas por cables conectados a los MuMuTAs, que se encuentran aislados en compartimentos de vidrio y son activados mediante impulsos eléctricos, este resultado es sorprendente. La mano puede realizar gestos humanos como el juego “piedra, papel o tijera” o sujetar objetos ligeros, como una pipeta o un clip. Aunque su fuerza todavía es limitada cada actuador genera 8 milinewtons la densidad de fuerza muscular obtenida (0,7 milinewtons por milímetro cuadrado) supera todo lo logrado hasta ahora con tejido cultivado.


No obstante, durante las pruebas los músculos artificiales comenzaron a mostrar signos de fatiga tras diez minutos de actividad continua. Luego de una hora de descanso en un medio líquido, recuperaron su funcionalidad. “Como los músculos humanos, estos tejidos podrían fortalecerse con entrenamiento”, comentó Takeuchi.



Finalmente, este descubrimiento sugiere que en un futuro cercano podríamos ver prótesis o robots con músculos ‘entrenables’, que no solo simulan, sino que replican procesos biológicos reales. La frontera entre lo vivo y lo mecánico, cada vez más difusa, está dando paso a una nueva generación de máquinas con comportamiento casi humano.