“Ha sido un gran alivio”, exclamó Jean-Luc Mélenchon, líder de La Francia Insumisa (LFI, izquierda). Los primeros resultados de la segunda vuelta de las legislativas francesas confirmaron la victoria de los partidos de izquierda, agrupados en el Nuevo Frente Popular.
Según los primeros resultados, el NFP habría obtenido entre 172 y 192 escaños en la Asamblea Nacional, por delante de la alianza de Emmanuel Macron (entre 150 a 170 curules), y de la Agrupación Nacional (extrema derecha) de Marine Le Pen y Jordan Bardella (entre 132 y 152 diputados).
A las 20h locales, los franceses descubrieron los resultados de estas legislativas que mantuvieron al país en vilo durante tres semanas. En este período, Francia estuvo suspendida a la posibilidad de ser gobernada por el partido de extrema derecha, gran ganador de las elecciones europeas y de la primera vuelta de las legislativas anticipadas francesas, decididas por Macron.
“Hemos evitado lo peor”, declaró Olivier Faure, presidente del Partido Socialista francés, quien agregó que el objetivo ahora será la aplicación del programa de gobierno presentado por el NFP.
Francia estuvo suspendida a estos comicios que abrían la posibilidad a un gobierno de extrema derecha por primera vez en su historia. En efecto, el presidente francés debe ahora nombrar un nuevo primer ministro en las filas de la coalición de izquierdas. El problema es que esta coalición está integrada por varias formaciones, entre ellas, LFI,y que Macron ha rechazado formar un gobierno con dicho partido.
Los próximos días serán decisivos para la vida política francesa. Macron deberá nombrar un nuevo primer ministro, y éste a su vez tendrá a su cargo la designación de los ministros de su gabinete.