Si hay algo que caracteriza a China, es su impresionante dedicación a desarrollar enormes proyectos de infraestructura. Es así como este país tiene la central hidroeléctrica más grande del mundo, llamada presa de las Tres Gargantas, situada en la provincia de Hubei.
Levantar esta presa demoró 18 años, y se inauguró finalmente en el 2012. Actualmente puede generar 22.500 megavatios (MW) de energía, y almacenar más de 39.000 millones de metros cúbicos de agua.
Pero, lo más impresionante de esta megaobra no es solo su gran capacidad, sino que estudios científicos demuestran que su construcción ha alterado la rotación de la Tierra.
Según IFLScience, la redistribución de la masa de agua que genera las Tres Gargantas ha alterado ligeramente la inercia de la Tierra, causando así una variación en su rotación. De esa forma, se provoca una ralentización en el tiempo en el que el planeta gira sobre sí mismo.
El cambio es mínimo, pero notable. La rotación ha variado unos 0,06 microsegundos, debido al movimiento de 39.000 millones de metros cúbicos de agua a 175 metros.
Pero eso no es todo: el polo terrestre se ha desplazado también unos dos centímetros.
Qué significa este cambio
En realidad, este fenómeno no afecta gravemente a nuestro planeta ni a los seres humanos. El cambio es imperceptible en nuestro día a día, y no hay grandes efectos.
Sin embargo, el cambio sí puede ser brutal en el ámbito científico.
Es el caso de los dispositivos de medición de alta precisión, como los relojes atómicos, que miden el tiempo más exacto posible. Es cuestión de los expertos ajustar y llevar un registro de los microsegundos que varían, para entender la duración de nuestros días.
Más que todo, el fenómeno de la presa de las Tres Gargantas es una muestra de cómo la arquitectura humana influye sobre nuestro planeta. Nos enseña por qué debemos prestar atención a varios factores antes de emprender una construcción de tal magnitud.