Un equipo de bioingenieros en el Reino Unido, crearon un hidrogel que aprende a jugar un sencillo juego de ordenador de los años 70, que simula un partido de ping pong.
Esta sustancia, interconectada a través de una matriz de múltiples electrodos con un ordenador en el que se ejecuta el clásico juego, mostró con el tiempo un rendimiento mejorado. «Nuestra investigación muestra que incluso materiales muy simples pueden exhibir comportamientos complejos y adaptativos, típicamente asociados con sistemas vivos o con IA sofisticada», afirmó Yoshikatsu Hayashi, quien dirigió la investigación. «Esto abre posibilidades apasionantes para el desarrollo de nuevos tipos de materiales ‘inteligentes’, que puedan aprender y adaptarse a su entorno», agregó.
Según los investigadores, ellos consideran que alguna forma de ‘memoria’ se crea dentro del propio material. «Los hidrogeles iónicos pueden lograr el mismo tipo de mecánica de memoria que las redes neuronales más complejas», sostuvo Vincent Strong, ingeniero en robótica y uno de los autores principales del estudio. «Hemos demostrado que los hidrogeles no solo son capaces de jugar al Pong, sino que pueden mejorar con el tiempo», agregó.
Además, suponen que el comportamiento de aprendizaje emergente surge del movimiento de partículas cargadas dentro del hidrogel, en respuesta a la estimulación eléctrica. «El principio básico, tanto en las neuronas como en los hidrogeles, es que la migración y distribución de iones puede funcionar como una función de memoria capaz de correlacionarse con los circuitos sensoriomotores en el mundo Pong. En las neuronas, los iones circulan dentro de las células. En el gel, circulan fuera de ellas», subrayó Hayashi.
Finalmente, los investigadores dijeron que los hidrogeles representan un tipo diferente de «inteligencia», que podría utilizarse para desarrollar algoritmos nuevos y más simples. Los resultados fueron publicados este jueves.