Hoy en la actualidad, el mundo está en competencia silenciosamente pensando dominar la inteligencia artificial, y Estados Unidos acaba de mostrar una de sus cartas más potentes. Se trata de Doudna, un superordenador que no solo romperá récords de procesamiento, sino que estará conectado con telescopios, laboratorios y redes científicas para transformar la investigación global. Su impacto va mucho más allá del laboratorio.
Se trata de Doudna, es el nuevo superordenador nacional que el Departamento de Energía de Estados Unidos planea desplegar en 2026. Bautizado en honor a Jennifer Doudna, una de las mentes detrás de la revolución CRISPR, el sistema apunta a liderar una nueva era científica donde la inteligencia artificial, la biología y la computación convergen, más de diez veces más potente que Perlmutter, su predecesor, Doudna funcionará en el NERSC (Berkeley) y usará la plataforma Rubin de NVIDIA, basada en procesadores ARM y redes InfiniBand. Estará optimizado para trabajar con grandes volúmenes de datos científicos en tiempo real, alimentándose directamente de telescopios, sensores y experimentos de laboratorio.


Sin embargo, su ambición no es solo técnica. Para Chris Wright, secretario de Energía, Doudna tiene el potencial estratégico de un “nuevo Proyecto Manhattan”, al posicionar a Estados Unidos como líder global en el desarrollo de IA de uso científico, médico e incluso militar, pero lo que distingue a Doudna no es solo su potencia de cálculo, sino su integración con todo el ecosistema científico estadounidense. Esto permitirá entrenar modelos de IA, ejecutar algoritmos cuánticos y ajustar simulaciones complejas de manera casi instantánea. Más de veinte equipos científicos ya están adaptando sus herramientas como PyTorch, CUDA-Q o TensorFlow para trabajar con este sistema.


Asimismo, Doudna apunta a una eficiencia energética sin precedentes: NVIDIA estima que ofrecerá entre tres y cinco veces más rendimiento por vatio que su antecesor. Esto es clave no solo por sostenibilidad, sino porque permite ampliar la escala sin disparar el consumo eléctrico. Aunque aún se desconoce el presupuesto exacto del proyecto, se sabe que el sistema se construirá con servidores PowerEdge de Dell y refrigeración líquida avanzada, y estará conectado a través de la red ESnet con el resto de centros federales.


Para concluir, Estados Unidos no solo quiere construir una máquina rápida, si no que quiere construir la infraestructura que defina cómo se hace la ciencia en el siglo XXI y Doudna es al parecer el corazón de ese plan.
