China lanzó satélites que funciona como una supercomputadora con AI en el espacio.

Todo inició como un lanzamiento satelital más, ahora podría marcar un antes y un después en la historia de la computación. Recientemente, China anunció la activación de los primeros módulos de su Constelación Informática de Tres Cuerpos, un ambicioso plan para ensamblar una supercomputadora en órbita terrestre. Equipados con inteligencia artificial y enlaces láser de alta velocidad, los satélites ya están operativos. Recordemos que el 14 de mayo de 2025, desde el Centro de Lanzamiento de Jiuquan, China puso en órbita 12 satélites como parte de su misión Space Computing Constellation 021, el primer paso concreto del programa Star Computing. Según comunicaron ADA Space y el Laboratorio de Zhejiang, esta red pretende alcanzar una potencia de cálculo sin precedentes: 1,000 petaoperaciones por segundo (POPS) cuando se complete con sus 2,800 módulos. Por el momento, la constelación ha alcanzado los 5 POPS y 30 terabytes de almacenamiento gracias a estos primeros satélites, cada uno con capacidad de 744 TOPS y modelos de IA con 8.000 millones de parámetros. No es sólo velocidad: es un ecosistema espacial autónomo que busca procesar directamente en órbita, reduciendo la dependencia de las lentas transmisiones a la Tierra.

En este sentido, los investigadores a cargo del proyecto explican que actualmente menos del 10% de los datos recolectados en órbita llega a los centros terrestres. Con la computación espacial distribuida, esos datos podrán analizarse en tiempo real, desde el espacio mismo. “La IA no puede estar ausente del espacio por falta de capacidad de cómputo”, señaló Wang Jian, director del Laboratorio de Zhejiang y miembro de la Academia China de Ingeniería.

En todo caso, su objetivo es claro: llevar la inteligencia artificial al entorno espacial con potencia suficiente como para habilitar funciones como redes neuronales, procesamiento de gemelos digitales, e incluso análisis autónomos de fenómenos cósmicos en tiempo real, gracias a sensores de rayos X integrados en los primeros módulos. Pese a la magnitud del proyecto, China ha insistido en que los fines son pacíficos. ADA Space remarcó que las cargas útiles de los satélites incluyen aplicaciones científicas y comerciales, como teledetección de emergencias, desarrollo urbano, turismo inteligente, videojuegos y cultura. También se contempla el uso de esta infraestructura para industrias de baja altitud y generación de datos para gemelos digitales.

Sin embargo, esta iniciativa consolida a China como líder en el emergente campo de la computación espacial, especialmente en la saturada órbita terrestre baja, donde ya orbitan más de 8.000 satélites de distintos países. Y esto es apenas el comienzo: otros 50 satélites serán lanzados antes de fin de año, lo que acelerará la configuración de esta supercomputadora orbital. Star Computing ya no es una visión futurista, sino una realidad en expansión. Mientras el mundo mira hacia las estrellas, China está construyendo, paso a paso, una inteligencia artificial que las habite.

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