Con uno de los motores escupiendo fuego de manera intermitente, un avión de la compañía Virgin Australia se vio forzado a realizar un aterrizaje de emergencia, la noche de este lunes 17 de junio del 2024, en Nueva Zelanda.
La aeronave, con 67 pasajeros y seis miembros de la tripulación a bordo, despegó desde el aeropuerto de Queenstown, en la Isla Sur, y mientras aún cogía altura uno de los motores comenzó a experimentar problemas.
En videos colgados por testigos, grabados dentro y fuera del aparato, se aprecia cómo desde el lado derecho del avión escupe llamaradas de manera intermitente.
«Uno de los motores del avión hacía un ruido tremendo y luego lanzaba llamas (…) continuó subiendo y el ruido y las llamas cesaron», declaró Nick Lambert, uno de los testigos de lo ocurrido.
Mientras que dentro del avión, el pasajero Michael Hayward dijo que escuchó una «explosión» repentina segundos después del despegue.
El piloto del avión decidió abortar el trayecto, con destino a Melbourne, y aterrizar de emergencia en el aeropuerto de Invercargill, a unos 180 kilómetros al sur del punto de partida.
Las autoridades aeroportuarias desplegaron equipos de emergencia en pista para atender a los viajeros, pero ninguno de ellos resultó herido, informó en un comunicado el director de Operaciones de Virgin Australia, Stuart Aggs.
Según el ejecutivo, el incidente podría deberse al impacto del avión con un pájaro poco después de su despegue. Una teoría que también respalda el director ejecutivo del aeropuerto de Queenstown, Glen Sowry, quien explicó que sus instalaciones han registrado algunos incidentes con aves pequeñas en las últimas semanas.
Por su parte, la Autoridad de Aviación Civil y la Comisión de Investigación de Transporte Aéreo de Nueva Zelanda abrieron una investigación para determinar las causas de este incidente. EFE