El pelotón arrancar la última semana del Tour con una primera toma de contacto en los Pirineos con un recorrido de 178,5 kilómetros entre Carcasona y Foix. Las ascensiones a la Côte de Saint-Hilarie (4ª, 1,5 kilómetros al 6,6%) y al Col de l’Espinas (3ª, 5,3 kilómetros al 5%) podrían animar a la formación de una fuga antes de entrar en los últimos 70 kilómetros, donde la carrera se endurecerá con las dos principales dificultades de la jornada.

La subida al Port de Lers, de primera categoría con sus 11,4 kilómetros al 7% y, tras un rápido descenso hacia Massat, la ascensión al duro Mur de Péguère, también de primera categoría con sus 9,3 kilómetros al 7,9% que coronarán a 27 km.

Aunque en principio el recorrido parece llano y asequible, los puertos de Port de Lers y Mur de Péguère complicarán la travesía a partir del kilómetro 100. Con salida en Carcassonne y final en Foix esperan 178,5 kilómetros.

Es la dificultad montañosa más temida del día por los corredores en una jornada en la que se espera de nuevo altas temperaturas, aunque confían en que sean ligeramente menores a las de Carcasona, donde los GPS de los corredores llegaron a reflejar 40,2 grados durante la jornada.

Tras coronar Péguère, será un largo descenso hasta Foix. Fuglsang, con una costilla fracturada, no tomará la salida. Vingegaard, en alerta.
Se trata de una jornada perfecta para las emboscadas y pocos son los que dudan que Pogacar intentará apretar la clavija a Vingegaard para gloria del magnífico duelo que ambos están protagonizando por el maillot amarillo.
