Más de 400 los presos que han sido asesinados desde 2020 en Ecuador en distintas matanzas entre bandas rivales que se disputan el control interno de los centros penitenciarios del país y que tienen vínculos con el narcotráfico, según las autoridades ecuatorianas.
Los presos de la cárcel de Turi (Cuenca), firmaron este martes 2 de agosto un «acuerdo de paz» promovido por el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de Libertad (SNAI), encargado de custodiar y administrar los centros de reclusión en el país.
De acuerdo con el SNAI, este «acuerdo de paz» es un instrumento de pacificación al que se adhieren de forma voluntaria los presos para su bienestar y el de la sociedad.
Abraham O., gestor de paz de los reclusos de la cárcel de Turi, manifestó ante autoridades y periodistas que la suscripción de este documento «es un compromiso para mantener un ambiente de armonía, como seres humanos de paz».
En este acto también participó el director general del SNAI, Pablo Ramírez, quien parafraseó a Eleanor Roosevelt para señalar que «no basta hablar de paz, uno debe creer en ella y trabajar para conseguirla”.
«Que no sea la firma de un momento. Que sea el símbolo real de un pacto por la vida. Que la mejor arma sea el diálogo y así encontremos la posibilidad de avanzar en este proceso que llevamos adelante por su bienestar y de toda la colectividad», sostuvo Ramírez.
La cárcel de Turi ya fue una de las implicadas en los simultáneos enfrentamientos entre reos que se dieron en varias prisiones de Ecuador el 23 de febrero de 2021, con un saldo de 79 fallecidos a nivel nacional, mientras que el 3 de abril de este año se produjo en ese centro penitenciario otra masacre que dejó 20 presos asesinados.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha instado a Ecuador meses atrás a recuperar el control de las prisiones, dar condiciones dignas a los presos y elaborar una política de prevención del delito donde no prime el encarcelamiento.
Para aplacar esta crisis, el Gobierno de Ecuador busca prácticamente duplicar su plantilla de guardias penitenciarios con el reclutamiento de 1.400 nuevos agentes, a la vez que busca reducir el hacinamiento con un programa de indultos a presos condenados por delitos menores que ya hayan cumplido la mayor parte de su pena.