En horas de la madrugada del 25 de septiembre, se registró un nuevo hecho violento en el Centro de Rehabilitación Social de Varones de Esmeraldas (CPLV No. 2), que dejó hasta el momento un saldo de 17 fallecidos.
Según información preliminar, la crisis comenzó con una orden externa del Grupo de Delincuencia Organizada Tiguerones para eliminar a miembros de los GDO Lobos, Choneros y privados de libertad que no eran afines al grupo.
Aproximadamente a las 03:00 de la madrugada, se alertó sobre la muerte de un reo en el pabellón C, situación que resultó ser falsa. Sin embargo, esta falsa alarma fue aprovechada por algunos internos para sustraer las llaves de las celdas exteriores y un fusil del soldado que había ingresado a verificar el presunto fallecimiento.
Los internos lograron salir del pabellón, y utilizando las llaves sustraídas y forzando las seguridades de las celdas exteriores, comenzaron a llevar a cabo atentados contra la vida de los internos en esas celdas.
Además, se ha informado sobre el posible ingreso de armas de fuego al centro penitenciario, presuntamente facilitado por agentes de seguridad penitenciaria, con el objetivo de llevar a cabo las ejecuciones.
Hasta el momento, se sigue en proceso de verificación de los hechos, y la Policía Nacional está realizando el levantamiento de los cuerpos. Este hecho se considera uno de los más graves en lo que va del año dentro del sistema penitenciario del país.
Esta matanza ocurre tres días después de una masacre en la cárcel de Machala. El lunes 22 de septiembre fueron asesinados 15 reclusos y un guía penitenciario.
En redes sociales se han difundido videos y fotos de los cuerpos tendidos un patio de la prisión. Varios de ellos están decapitados.