Marc Márquez se adueñó del GP de Las Américas de principio a fin, y lo hizo ‘como en los viejos tiempos’, con autoridad y talento, plasmados en sesuda velocidad y dominio de su moto, sobre un asfalto plagado de ‘peligrosas’ y extenuantes irregularidades, que no fueron obstáculo para que Marc, poco a poco fuera abriendo una brecha insalvable sobre su acérrimo perseguidor, Quartararo, el francés de Yamaha, que al ser cómodo líder del campeonato quería demostrar por qué lo es…
Pero el Rey había vuelto por sus fueros, al menos en este largo circuito en el que siempre se ha sentido cómodo y veloz. Fabio intentó seguirle el ritmo, llegando incluso a amenazar la supremacía de Marc en algún pasaje de la primera parte de carrera, pero el 93 estaba hoy para romper hasta sus propios pronósticos.
Mientras Quartararo se batía por no perder más distancia con el puntero, se vio temporalmente enfrascado en una lucha por conservar su segunda posición, que ya le era un ‘buen negocio’ de cara al campeonato. Cuando se pudo librar de sus perseguidores ya estaba lejos y sin aparentes arrestos para amenazar la supremacía que había venido a imponer Márquez en territorio estadounidense.
