Logran crear un huerto vertical de Dyson con IA y robótica.

Está novedad sucede en el condado de Lincolnshire, en dónde se encuentra un invernadero de 10 hectáreas que se ha convertido en el epicentro de una de las mayores revoluciones agrícolas del siglo XXI. El huerto, que produce 1.250 toneladas de fresas al año, utiliza una combinación de robótica, inteligencia artificial y sistemas de cultivo vertical. Esto ha permitido aumentar la producción en un 250% respecto a los métodos tradicionales, a la vez que se minimiza el impacto ambiental. Este innovador proyecto pertenece a Dyson, la conocida empresa de electrodomésticos dirigida por James Dyson, quien ha llevado su experiencia en ingeniería a la agricultura.

En este sentido, James Dyson, conocido por su trabajo en tecnología, ve la agricultura de una forma diferente. En un video sobre su proyecto, afirma: «Cultivar es como fabricar». Con este enfoque, ha buscado incorporar avances tecnológicos en la agricultura para mejorar la eficiencia, la calidad y la sostenibilidad de los cultivos. Este sistema en su invernadero incluye enormes ruedas de 500 kilos que sostienen las plantas de fresas, las cuales giran lentamente para maximizar la exposición a la luz solar. Cuando la luz natural no es suficiente, se activan luces artificiales para apoyar el crecimiento. Además, los robots del invernadero cumplen tareas cruciales, como eliminar moho con lámparas UV y liberar insectos beneficiosos para el control de plagas.

Asimismo, el sistema de cultivo vertical en el invernadero es acompañado por una tecnología de pulverización de precisión que minimiza el uso de herbicidas. Cámaras inteligentes identifican malezas específicas y aplican tratamientos solo en las áreas necesarias. Además, los robots dedicados a la cosecha pueden recolectar hasta 200.000 fresas en un solo mes, gracias a su rapidez y precisión. Este sistema permite una cosecha eficiente, sin dañar las frutas, y asegura una producción continua. El huerto de Dyson no solo se dedica al cultivo de fresas. En sus terrenos también se cultivan cebada, trigo, patatas, remolacha azucarera y guisantes, creando un ecosistema cerrado. La instalación es autosuficiente gracias a un digestor anaeróbico que utiliza los gases emitidos por los cultivos para generar electricidad, cubriendo las necesidades energéticas del huerto y alimentando 10.000 hogares. Además, el agua de lluvia recolectada se utiliza para el riego, y los subproductos del proceso se devuelven al suelo como fertilizantes orgánicos.

Finalmente, Dyson cree firmemente que el futuro de la agricultura debe ser sostenible y eficiente. Si su visión se lleva a una escala más amplia, podríamos estar ante el inicio de una nueva era en la que la producción de alimentos se adapte a las necesidades del planeta.

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