La NASA prueba por primera vez el despegue del avión supersónico silencioso X-59.

Hoy en día, el X-59, es la última joya tecnológica de la NASA y Lockheed Martin, ha dado un paso más hacia su debut en el cielo. Este avión experimental no es un aparato cualquiera: está diseñado para romper la barrera del sonido sin producir el clásico estampido sónico que ha limitado el uso de estos vuelos sobre zonas pobladas durante décadas.

Recientemente, el X-59 salió del hangar por primera vez para realizar pruebas de rodaje a baja velocidad en las instalaciones de Plant 42 de la Fuerza Aérea estadounidense en Palmdale, California. El piloto de pruebas de la NASA, Nils Larson, fue el encargado de conducirlo por la pista para comprobar el correcto funcionamiento de los sistemas de dirección y frenado.

Ahora, la siguiente fase será realizar pruebas de rodaje a alta velocidad, en las que el avión acelerará hasta velocidades cercanas al despegue. Si todo marcha según lo previsto, el X-59 surcará el cielo muy pronto. El X-59, de casi 30 metros de longitud, presenta un diseño estilizado y radical. Carece de parabrisas frontal: en su lugar, los pilotos utilizan un sistema de visión externa (XVS) basado en cámaras y realidad aumentada para ver el entorno, detrás del desarrollo de esta aeronave está el legendario equipo Skunk Works de Lockheed Martin, responsable de algunos de los aviones militares más avanzados de la historia, como el F-22 Raptor o el bombardero B-2 Spirit.

Sin embargo, en los últimos meses, el X-59 ha pasado por un exigente calendario de pruebas. En enero, fue sometido a ensayos de postcombustión, donde se inyecta combustible extra en el escape para probar su empuje máximo. En primavera, se realizaron simulaciones de vuelo y pruebas para mantener la velocidad del motor como si estuviera en crucero, todo sin despegar del suelo. En colaboración con la agencia espacial japonesa JAXA, se testó una maqueta del X-59 en un túnel de viento supersónico para estudiar la acústica del avión y validar que su sonido es más parecido a un “golpe sordo” que a una explosión. El objetivo de la NASA no es construir un avión comercial, sino probar tecnología que permita el regreso del vuelo supersónico sobre tierra firme. Durante décadas, este tipo de vuelos ha estado prohibido en EE.UU. y otros países debido al estruendo molesto y potencialmente dañino de los estampidos sónicos. Con el X-59, la agencia espera demostrar que es posible volar por encima del sonido sin molestar a la población. En el futuro cercano, planean realizar vuelos sobre áreas habitadas seleccionadas para recoger datos sobre cómo se perciben estos nuevos “estampidos silenciosos”.

Si tiene éxito, este avance podría allanar el camino para que nuevas generaciones de aviones comerciales, sanitarios o de emergencia crucen continentes en la mitad de tiempo, sin perturbar a nadie.

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