JUEGOS DE INVIERNO || Con camaradería Los juegos llegaron a su fin

Politizados desde su inicio por el boicot diplomático liderado por Estados Unidos, los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín, celebrados sin público, escenificaron cambios en el orden mundial pero también probaron la efectividad -y la dureza- de las rígidas medidas de China para mantener a raya la pandemia.

la atención se centró en la nieve y el hielo, aunque también concitaron interés los detalles de la vida dentro de la burbuja a prueba de COVID-19 en la que se celebró la cita, la segunda en medio de una pandemia tras los Juegos de Tokio 2020.

Deportistas, delegaciones y periodistas llegados del extranjero han permanecido en todo momento en un circuito cerrado y sin ningún tipo de contacto con la población local, cuya cercanía al evento olímpico prácticamente se ha limitado a seguirlo por la prensa y las redes sociales, donde los Juegos han estado omnipresentes.

Los laureles se los llevó la saltadora chino-estadounidense nacida en California Eileen Gu -también conocida como Gu Ailing-, quien sumó para China dos oros y una plata desatando una auténtica oleada de pasiones en el país asiático.

En el reverso, la joven patinadora rusa Kamila Valíeva, protagonista de la principal polémica de Pekín 2022 tras ser autorizada a seguir compitiendo pese a haber arrojado un positivo en las pruebas antidopaje previas a los Juegos.

En general, el mandatario olímpico Thomas Bach, consideró que los Juegos han sido “muy exitosos” en parte gracias a la ‘burbuja’ anti-covid diseñada por los anfitriones chinos que, pese a las voces críticas, convirtieron a la sede en el “lugar más seguro del mundo”.