Jorge Glas enfrentará la mañana de este martes 17 de junio su audiencia de juicio por el caso Reconstrucción de Manabí, después que la perito Ángela Díaz entregara al fiscal el informe psiquiátrico del exvicepresidente.
La defensa de la figura del correísmo buscaba que se lo declare inimputable por trastorno mental, para lo cual se requiere que el procesado no tenga la capacidad de comprender la ilicitud de su conducta, según determina el Código Orgánico Integral Penal (COIP).
Además, esa solicitud también conllevaría que Glas fuese internado en un centro psiquiátrico, así saliendo de la cárcel. La especialista determinó que el expresidente tiene un trastorno depresivo, pero que no le afecta su consciencia.
«El examinado Sr. Jorge David Glas Espinel, presenta una enfermedad mental grave, como es trastorno depresivo recurrente, episodio actual grave sin síntomas psicóticos, enfermedad de curso crónico, que puede mejorar con el tratamiento, que no le afecta la conciencia, ni la inteligencia, sin embargo, si le afecta la voluntad en forma disminuida para las actividades cotidianas, por permanecer con tratamiento psicofarmacológico y presentar una evolución crónica de unos cuatro años», dice la conclusión del trabajo pericial.
Asimismo, la perito recomienda que se continúe con las atenciones médicas y psicológicas en el sistema carcelario, y que cuando se reporten novedades, se realicen las intervenciones necesarias de manera inmediata.
En el informe se advierte que Jorge Glas tiene un trastorno de transformación persistente de la personalidad tras experiencia catastrófica, que tiene un alto riesgo de suicidio y que padece de una ansiedad de leve a moderada.
Se agrega que Glas ha simulado de manera consciente tener un cuadro clínico de tipo psicótico, relacionado con alucinaciones visuales y auditivas.
La perito insta que se realice una junta médica interdisciplinaria con todos sus médicos especialistas del MSP para que se reajuste las dosis de las medicinas que debe tomar y que el SNAI mantenga la vigilancia sobre él para prevenir un nuevo intento de suicidio, como ocurrió en abril del 2024.