Ante los recientes cortes de energía eléctrica que han afectado al sector industrial ecuatoriano, las reacciones no se han hecho esperar. La disposición del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) de reducir el consumo eléctrico en un 100% durante 15 días, en un esfuerzo por estabilizar las reservas de agua en los embalses, ha generado una ola de críticas por parte de los líderes industriales del país.
María Paz Jervis, presidenta de la Cámara de Industrias y Producción, manifestó su firme desacuerdo con la medida, señalando que esta «atenta contra el empleo y contra los ciudadanos». Jervis advirtió sobre las posibles consecuencias económicas y sociales a largo plazo, argumentando que el sector industrial es crucial para la economía nacional.
En Tungurahua, estimaciones preliminares indican que las pérdidas diarias podrían alcanzar los cinco millones de dólares, según Tatiana Cepeda de la Cámara de la Pequeña Industria local. Con unas 40 mil industrias afectadas, incluyendo sectores clave como el automotriz, carrocería y textil, la medida también podría resultar en la pérdida de puestos de trabajo significativos.
En Cuenca, Andrés Robalino, director de la Cámara de Industrias local, calificó la decisión gubernamental de «catastrófica», criticando la falta de consideración sobre el impacto prolongado en las operaciones industriales. Robalino también cuestionó la viabilidad de la medida, tachándola de «populista».
En Imbabura, donde la industria representa el 40% de los empleos provinciales, existe incertidumbre sobre el impacto exacto de los apagones extendidos.
Los representantes de las industrias han anunciado que este lunes el Comité Empresarial Ecuatoriano revelará las medidas que tomarán en respuesta a estas disposiciones gubernamentales.