Faltan medicinas

El hombre sufrió dos infartos: uno en 2015 y otro en 2016 y tiene colocado dos stent, que son pequeños tubos de malla de metal que se expanden dentro de una arteria del corazón.

A diario, Víctor toma cuatro pastillas: enalapril, antiplac, atenolol y simvastatina. «Si me falta una hasta ahí llegue».

Al igual que los otros dos afiliados, a Víctor tampoco le dan toda medicina. De las cuatro pastillas recibe dos y la otra mitad debe comprar. Gasta un promedio de USD 40 mensuales.

El hombre dice que afortunadamente los fármacos no son caros y si no le entregan su única opción es adquirirlas por su cuenta.

El problema no es nuevo y al menos hace un año que a él mismo le toca comprar las pastillas. Antes, recuerda, recibía la medicación para los tres meses en donde tenía un nuevo control.

El 14 de septiembre termina la emergencia que fue declarada en el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) el 14 de julio de 2022.

De esa forma, la institución se acogió a lo dispuesto por el presidente Guillermo Lasso el 17 de junio.

El objetivo de la medida era agilizar la compra de medicamentos y de dispositivos médicos para superar la escasez que hay en los hospitales del IESS.

Durante el VIII Gabinete Sectorial de Salud que se realizó el 2 de septiembre, en Santo Domingo de los Tsáchilas, Alfredo Ortega, presidente del Consejo Directivo del IESS, señaló que hasta finales de septiembre se espera tener un abastecimiento del 62% y hasta diciembre el 88%.

MAS CASOS

Otro paciente de 70 años, que prefirió no dar su nombre, también llegó ese día al hospital. Tenía una cita con el oftalmólogo. El paciente comenta que hay meses que no le dan la medicación completa por lo que tiene que comprar.

De su pensión destina al menos USD 75 para adquirir Tiof plus y dorzolamida que los usa para tratar el glaucoma. El hombre además tiene diabetes e hipertensión y señala que desde marzo no recibe la totalidad de los fármacos.

«No queda otra que comprar uno mismo, sino la salud empeora», sostiene.

Una situación similar vive otro afiliado. El paciente de 65 años comenta que hace dos meses le operaron por un cálculo renal. Recuerda que a su esposa le tocó comprar un catéter que le pidieron.

El hombre comenta que es preocupante la situación que vive el IESS porque los afiliados no reciben los fármacos y también por la falta de insumos.

En su caso, durante dos meses tampoco recibió el losartán de 50 mg para la presión. Si bien dice que el precio no es elevado y lo puede comprar con su dinero, le llama la atención que un medicamento tan básico no lo puedan entregar.

Víctor, de 66 años, también destina parte de lo que recibe de jubilación para comprar los fármacos que necesita para tratar una enfermedad coronaria.

FUENTE: EL COMERCIO