En julio pasado, el país bombeó 491 000 barriles diarios en promedio, 9 000 menos que la cifra con la que se inauguró el Gobierno en mayo y casi 30 000 barriles por debajo que igual mes del 2020.
Ese bajo nivel de producción no se veía, además, desde julio de 2010, sin considerar meses atípicos como octubre de 2019, por el paro, o abril del 2020, por la rotura de los oleoductos.
La reducción tiene un impacto relevante porque el Fisco depende en un 30% de los ingresos petroleros. Con esos recursos no solo se financia el presupuesto, sino que se compra combustibles, se asignan recursos a los gobiernos locales y se paga la misma operación de extracción de crudo.
Por otro lado, el país no puede aprovechar la buena racha del precio del petróleo, que se viene recuperando desde enero de este año, tras una fuerte caída en el 2020 por la crisis generada por la pandemia.
Por ejemplo, el lunes pasado la producción nacional fue de 483 767 barriles, 17 233 barriles menos que el promedio de mayo. Con el precio de barril actual, que está en USD 70, el Ecuador perdió ese día la posibilidad de tener USD 1,2 millones adicionales en ingresos.
El ministro de Energía, Juan Carlos Bermeo, ha sostenido que hasta diciembre de este año espera incorporar 40 000 barriles diarios nuevos a la operación. Con ello, el funcionario ha señalado que busca cerrar diciembre con 526 000 barriles diarios.
La caída se explica principalmente por la baja producción de la empresa pública Petroecuador, que genera ocho de cada 10 barriles que extrae el Ecuador. El resto viene de empresas petroleras privadas.
La producción de la firma estatal cayó 10% en el último año, en parte, porque no ha podido cumplir con todo el plan para agregar nueva producción.
Otros factores que han incidido en la empresa son el mal manejo de la industria, la falta de nuevas tecnologías y el endeudamiento, problemas que se arrastran desde hace varios años, dijo Robalino.
El presidente Guillermo Lasso ofrece duplicar la producción en cuatro años. Para ello, emitió el 7 de julio el Decreto 95, que busca, entre otras metas, delegar los campos de Petroecuador a privados.