El Ecuador pierde alrededor de USD 6,5 millones al día por la paralización del Oleoducto de Crudos Pesados. Según las cifras de Petroecuador, este domingo la producción petrolera cayó en 93 mil barriles, en momentos en que cada barril de crudo del país se vende en USD 70 en el mercado internacional.
Es el efecto inmediato de que el OCP haya dejado de funcionar tras ser afectado por la erosión regresiva del río Coca en Napo el pasado 17 de junio.
El trazado del OCP es paralelo al del Oleoducto Transecuatoriano que transporta el 60% del petróleo nacional y cuya situación también está comprometida, aunque no fue afectado por el último avance de la erosión del río Coca, funciona a una capacidad reducida porque sus motores de bombeo no están en las mejores condiciones tras más de 40 años de operación.
Fernando Santos Albite, exministro de Energía, detalla:
«Como no funcionan los oleoductos, hay que seguir parando pozos, menos producción, menos exportación, menos crudo en la refinería que nos obliga a importar a precios más altos».
Por eso el SOTE está transportando 270 mil barriles diarios, cuando su capacidad supera 400 mil barriles.
La paralización del OCP y la reducción de capacidad del SOTE generan una crisis cuyo costo se podrá saber solo cuando esos ductos estén operando en condiciones normales.
Cada día las pérdidas se acumulan, reactivar los pozos apagados costará más y los mercados para el crudo ecuatoriano temporalmente se cierran.
«Las refinerías que nos compran no es que esperan a que llegue el crudo ecuatoriano, si no va a llegar ese cargamento buscan un sustituto del medio oriente y se cierra la oportunidad y hay que buscar un nuevo comprador, así que la ventana de oportunidad es corta».
Petroecuador no ha informado las cifras oficiales de pérdidas ni cuánto tiempo tomará poner a funcionar nuevamente el OCP.