La robótica continúa avanzando a buen ritmo y hay máquinas que resuelven acrobacias con solvencia, pero todavía transmiten más mecánica que humanidad. Lo que falta para que la interacción fluya es el gesto que completa el mensaje. En los últimos meses, anuncios y pruebas en China empezó a explorar exactamente esa capa. Cuando pensamos en un humanoide convincente, lo imaginamos mirándonos a los ojos, parpadeando y acompañando las palabras con gestos que dan contexto.

Sin embargo, durante mucho tiempo, el listón estuvo en conseguir que un robot se desplazara con autonomía y superara pruebas de resistencia. Ese capítulo empieza a estar resuelto con modelos cada vez más sólidos en el plano mecánico. Lo que ahora se plantea es otro desafío: reproducir la comunicación no verbal que las personas damos por sentada. Desde un gesto de aprobación hasta una reacción de sorpresa, son señales que abren la puerta a un diálogo real entre humanos y máquinas.

La cabeza que gesticula, de acuerdo con la empresa china AheadForm ha mostrado un prototipo que materializa esta transición. En un vídeo difundido en YouTube se ve una cabeza robótica que parpadea, asiente y sigue el entorno con la mirada de forma sorprendentemente convincente. La compañía, fundada en 2024, explica en su web que su objetivo es lograr interacciones más naturales entre personas y máquinas. Para ello busca integrar modelos de lenguaje avanzados con expresiones faciales realistas que permitan responder en tiempo real.

Para lograr que el prototipo parezca vivo se ha recurrido a motores brushless, pequeños dispositivos silenciosos capaces de coordinar movimientos precisos. El modelo, bautizado como Origin M1, integra hasta 25 de estos actuadores que controlan las distintas expresiones. En sus pupilas se esconden cámaras que permiten registrar lo que ocurre alrededor, mientras que micrófonos y altavoces facilitan la interacción en tiempo real. La combinación de estos elementos explica los movimientos sutiles y la capacidad de respuesta. La compañía asegura que la utilidad de estos desarrollos irá más allá de la simple demostración técnica. Proyecta escenarios como la atención al cliente, la enseñanza o la asistencia sanitaria, donde la confianza se construye también con gestos y expresiones. El planteamiento es que un robot que sonríe o siente inspira más cercanía que uno con rostro neutro. Por ahora, se trata de intenciones declaradas: los modelos no están disponibles comercialmente.
Mientras que detrás del vídeo hay también investigación revisada por pares. En Science Robotics, en 2024, Yuhang Hu y varios colaboradores presentaron un robot capaz de predecir y reproducir expresiones humanas a medida que se producían. El estudio aportaba evidencias de que el reconocimiento facial en tiempo real y la respuesta mecánica sincronizada son posibles. No confirma que el prototipo actual sea el mismo sistema del estudio, pero es coherente con la orientación que la empresa describe.
La voluntad de China de situar la robótica humanoide en primera línea es una realidad. No se trata solo de cabezas capaces de gesticular, sino también de exhibiciones públicas donde se ponen a prueba cuerpos completos. En el CMG World Robot Contest Series celebrado en Hangzhou, por ejemplo, cuatro Unitree G1 protagonizaron combates de kickboxing transmitidos por TV. Estos humanoides mostraron coordinación y agilidad, en una puesta en escena que reforzó la narrativa de un país decidido a liderar el sector. El cierre más reciente de esta agenda fue la media maratón de Pekín, en la que 21 robots recorrieron un circuito paralelo al de los corredores humanos. La organización destacó la singularidad del evento, pero la puesta en práctica mostró limitaciones: asistencia técnica permanente, sustitución de baterías y separación de rutas.