La alcaldesa de París, Anne Hidalgo se bañó este miércoles en el Sena, un acto simbólico a nueve días de la inauguración de los Juegos 2024, que incluyen varias pruebas en el río. La acompañaron en el chapuzón el presidente del comité organizador de los Juegos Olímpicos, Tony Estanguet, y el prefecto de la región Isla de Francia, Marc Guillaume.
El Sena acogera las pruebas de triatlón y natación en aguas abiertas y existen dudas de que la calidad del agua permita su realización. Aunque su estado bacteriológico ha mejorado y su caudal continúa disminuyendo, todavía no está del todo confirmado si se podrán celebrar las competiciones.
Cientos de espectadores se citaron en el puente Sully para observar la escena. Desde el exterior el evento puede parecer anecdótico, pero tiene una importancia crucial para los organizadores de los Juegos que convirtieron al río en la estrella del evento y su descontaminación en uno de los pilares de la candidatura.
La ciudad de París ya anunció el 2 de julio que los últimos análisis realizados en el Sena mostraron que el río es apto para el baño. Las autoridades estatales y locales de la región parisina han inyectado 1.400 millones de euros en la última década para limpiar el río.
Un legado más allá de los Juegos Olímpicos
El baño en el Sena se prohibió en 1923 por su contaminación y pese a ser un proyecto recurrente entre los sucesivos alcaldes de la ciudad, no fue hasta la elección de París como sede olímpica que su saneamiento se pudo afrontar con garantías.
El proyecto pretende además que sus aguas no solo sean viables para acoger a los deportistas en la cita olímpica, sino que un año después, en 2025, los parisinos puedan disponer de lugares para bañarse con toda seguridad en el propio Sena.