El papá de Josué e Ismael, recibió la llamada de uno de sus hijos pasadas las 22h30 del domingo 8 de diciembre del 2024. Esto luego de que sean puestos en libertad por militares cerca de la Base de Taura, en Guayas. ¿Qué pasó antes y después de esta comunicación?
Ecuavisa.com accedió al acta de audiencia de formulación de cargos contra 16 militares de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) por desaparición forzada. La diligencia fue el 31 de diciembre y el 9 de enero del 2025, el resumen de la misma fue público.
En el documento se detalla la participación que habría tenido cada uniformado durante la aprehensión de Josué, Ismael, Nehemías y Steven en la avenida 25 de Julio, en el sur de Guayaquil. También la versión de la persona que prestó el celular y un testigo que vio quiénes supuestamente se llevaron a los cuatro menores de 11, 14 y 15 años de edad esa noche.
Según los abogados de los militares, entre las 20h30 y 21h00, recibieron la alerta de un robo a la altura de un centro comercial. Por eso, los uniformados se bajaron y retuvieron a tres personas y una cuarta fue entregada por la ciudadanía.
Decidieron embarcarlos en los baldes de las camionetas y trasladarlos hasta la Unidad de Policía Comunitaria de Virgen de Fátima, en el kilómetro 26 de la vía Durán – Yaguachi, en Guayas, muy cerca de la Base de Taura.
En el trayecto, los militares recibieron la alerta de desmanes en la parroquia de Taura y se toparon con un árbol caído en la vía. Eso fue alrededor de las 21h30. Y uno de los menores se habría bajado a ayudar a despejar la carretera y pidió que los dejaran libres.
Por eso, el jefe de la patrulla decidió dejarlos en esa zona. Y supuestamente vieron cómo los cuatro menores se dirigieron «por su cuenta hacia el pueblo de Taura». Para las 22h30, los adolescentes estuvieron afuera de la casa del considerado testigo clave en el caso, que fue el hombre que prestó el celular para llamar a su familia.
Fue ahí que Ismael habló con su papá. Les dijo que habían sido detenidos por los militares, que los golpearon y que estaban desnudos. El hombre que dio teléfono también conversó con Luis y le dijo que tenía 45 minutos para irlos a ver «antes que la mafia de los lleve».
Este testigo, en su versión citada por el fiscal del caso denominado Las Malvinas, facilitó ropa y comida a los menores. Según el fiscal, Ismael tenía una herida en la cabeza. Sin embargo, el expediente refleja que el testigo ayudó a los adolescentes a eso de la 01h00 del lunes 9 de diciembre. Aunque también se menciona que los auxilió pasadas las 22h00 del domingo.
Fue por cinco minutos que Luis pudo hablar con su hijo por última vez. Luego, él volvió a llamar al número desconocido, pero lo insultaron y le dijeron que hombres en 10 motos se los llevaron.
En el documento se revela que a las 23h00, hubo otra persona que supuestamente vio quiénes se llevaron a Josué, Ismael, Nehemías y Steven en Taura. En su declaración, detalló que estaba tomando con un grupo de personas cuando llegó alias Ofelio en unas motos con otros hombres más.
Indicó que ahí «estaban esos cuatro pelados, que eran de la otra banda» y se los llevaron en un bote hacia el manglar. Los menores, según su versión, estaban vestidos. Al día siguiente, el lunes 9 de diciembre, se enteró que «los iban a quemar». Luego supo que «ya estaban quemados y que los iban a meter en un saco de yute «.
¿Quiénes participaron? Según el documento al que Ecuavisa.com accedió, quien supuestamente dio la orden fue alias Momo. Alias Dani, en cambio, manejó el bote para trasladar a los menores. También habría participado un alias Ñato, aunque no se especifica qué rol cumplió.
Con dicha información, se conformaron los equipos especiales de la Policía para dar con la ubicación de los restos de Josué, Ismael, Nehemías y Steven. El 24 de diciembre, se hallaron en el manglar del estero Chabelo «cuatro cuerpos y cinco piezas anatómicas».
Una de las defensas de los militares añadió que los cuatro menores de edad fueron dejados en el manglar por tres o cuatro horas bajo custodia de otros adolescentes que serían miembros de una organización delictiva. No se especificó cuál, pero sí que luego de ese tiempo, habrían sido asesinados y quemados por dos personas.
Este nuevo testigo, junto al hombre que prestó su celular y el papá de Josué e Ismael, darán su testimonio anticipado ante el juez que lleva el caso. «Será en una cámara de Gesell, para asegurar la protección de la víctima pero también de los testigos», indicó Fernando Bastias, abogado del Comité de Derechos Humanos que acompaña las familias de los menores.
¿Qué participación tuvieron los 16 militares procesados?
Los 16 militares de la FAE fueron procesados por desaparición forzada en calidad de autores. Por eso, en la audiencia del 31 de diciembre del 2024, el juez dictó prisión preventiva en su contra y abrió la instrucción fiscal de 90 días en el caso.
Según consta en el acta de audiencia, los abogados de los uniformados confirmaron la participación de ellos durante un patrullaje en apoyo a personal de la Aduana. Posteriormente, fueron parte de un auxilio ante una alerta de robo en la avenida 25 de Julio, que fue el momento en el que se aprehendieron a los cuatro menores de edad.
La decisión de dejar en libertad a Josué, Ismael, Nehemías y Steven recae en el subteniente de 27 años, que estaba como jefe de patrulla. Según su abogado, el oficial no conocía Guayaquil y no pensó que eran menores de edad, ya que uno de ellos superaba el 1,76 de estatura, por lo que adujo que tenían 18 o 20 años.
Otro de los uniformados, indicó que se bajó para ayudar a controlar el tránsito en la avenida 25 de Julio. Otros dos, estaban como conductores y por ende, desconocen las circunstancias de la aprehensión.
La defensa de otro de los militares, alegó que su cliente apenas tenía dos años de experiencia. Es soldado y por ende, debe cumplir órdenes de superiores. Otro, en cambio, indicó que el traslado hacia la zona de Taura fue por seguridad, ya que supuestamente la ciudadanía quería linchar a los cuatro menores tras el presunto robo.
Todos concordaron que a la hora que se dio la llamada entre el testigo clave y el papá de Josué e Ismael, ellos ya estaban en la Base de Taura y desconocían qué más había pasado tras dejar a los menores «libres, sanos y salvos».
En el documento se revela además que un teniente coronel ordenó a los 16 militares que señalen el sitio donde dejaron a Josué, Ismael, Nehemías y Steven. En esa área encontraron dos camisetas, zapatos de lona blancos y negros y un bóxer. Esas evidencias fueron entregadas por el alto oficial al agente policial de la Unase tres días después de la denuncia puesta por la familia.
¿Hubo pago por el rescate de los menores y amenazas a los testigos?
Uno de los abogados de los militares, cuestionó que en la audiencia de formulación de cargos no se mencionara, en un inicio, que hubo un pago ni que se investigara a esas personas. Según el jurista, un hombre llamó a la familia de los cuatro menores el 10 de diciembre a pedir USD 2 000 para «no atentar contra su vida y devolverlos sanos y salvos».
El dinero debía ser depositado a la cuenta de una mujer. La familia de los menores solo transfirió USD 300. También hizo mención que se recibieron otros mensajes de una persona que dijo tener miedo y que pida ayuda a la Policía para que vaya al estero Chabelo, donde se «encontró con el cuerpo de esa criatura».
Así mismo, el abogado indicó que un cabo segundo sería familiar de los menores. No detalló de qué institución de la fuerza pública y cuestionó que supuestamente la Fiscalía no haya investigado esos datos, pues a este uniformado le habrían llegado mensajes dándole las indicaciones de la casa donde alias Ofelio presuntamente tenía a los cuatro adolescentes.