En China crearon el robot humanoide G1 que puede dominar el kung fu.

Lo que muchos creíamos que sólo era exclusivo en el cine de ciencia ficción, hoy poco a poco se va acercando peligrosamente a la realidad. Y es que la robótica avanza a pasos agigantados y ahora un nuevo humanoide lo ha demostrado, las máquinas no solo pueden moverse, sino también aprender, anticiparse y dominar técnicas complejas como el kung fu. Un video viral dejó al descubierto el increíble potencial del G1, un robot capaz de enfrentarse a humanos con movimientos casi perfectos.

Este prototipo, es desarrollado por la empresa china Unitree Robotics, el G1 no es un robot cualquiera, este humanoide de 1,30 metros de altura y 35 kilos de peso ha sido entrenado para ejecutar técnicas de combate que no solo impresionan por su fluidez, sino también por su precisión. En un reciente video publicado por la compañía, G1 se enfrenta a un oponente armado con un palo, logrando desarmarlo mediante movimientos rápidos y sincronizados. Esta actuación no es fruto del azar, sino de años de desarrollo en algoritmos avanzados y sensores de última generación que permiten al robot percibir y reaccionar ante su entorno.

Sin embargo, el secreto de G1 radica en su avanzado sistema de control de movimiento, que gracias a un sofisticado algoritmo, el robot puede anticiparse a las acciones de sus contrincantes y adaptarse a situaciones dinámicas en tiempo real. Además, está equipado con sensores LiDAR 3D y cámaras de profundidad que le permiten «ver» su entorno con una precisión asombrosa. Estos elementos trabajan juntos para lograr que G1 no solo se mueva, sino que también piense, evalúe y ejecute maniobras complejas como lo haría un experto en artes marciales. Esta capacidad lo convierte en uno de los humanoides más impresionantes desarrollados hasta la fecha.

Sin embargo, la diferencia de otros robots como Atlas de Boston Dynamics o Optimus de Tesla, el G1 se destaca también por su precio. Con un costo base de 16.000 dólares, este robot se posiciona como una opción más asequible para empresas o entusiastas de la robótica que buscan tecnología de vanguardia sin gastar millones. Esta accesibilidad podría democratizar el uso de robots humanoides en distintos sectores, desde la industria hasta la educación o incluso el entretenimiento. La versatilidad del G1 abre puertas que antes parecían reservadas solo para grandes corporaciones tecnológicas.

Mientras tanto, su demostración de kung fu ha captado la atención global, el G1 no se limita a las artes marciales. Su capacidad de imitación le permite aprender cualquier movimiento humano, lo que lo hace útil en tareas de asistencia, cuidado de personas mayores o educación interactiva. Su sistema de control de fuerza en las manos y su habilidad para adaptarse a nuevos entornos lo convierten en una herramienta versátil que podría revolucionar la manera en que interactuamos con las máquinas. G1 es más que un robot de combate: es una ventana al futuro de la robótica cotidiana.

Finalmente, lo que nos espera con desarrollos como este y esa delgada línea entre humanos y máquinas parece difuminarse cada vez más. En estos tiempos los Robots que aprenden se adaptan rápidamente y que incluso ya pueden practicar kung fu.

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