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El pasado martes 26 de febrero, Chile vivió el mayor apagón en más de una década, dejando sin electricidad al 98 % del país durante más de ocho horas. La falla se registró a las 15:16 hora local en una línea de transmisión de 500 kV en la zona de Vallenar y Coquimbo, operada por la empresa ISA Interchile, de origen colombiano.
El Coordinador Eléctrico Nacional explicó que la desconexión de esta línea, encargada de transportar una cuarta parte de la demanda energética del centro y sur de Chile, generó un efecto en cadena que colapsó el sistema.
Solo las regiones de Aysén y Magallanes no se vieron afectadas, ya que operan con sistemas eléctricos independientes. En el resto del país, bancos, comercios y empresas cerraron, el transporte colapsó y la congestión vehicular paralizó las principales ciudades, especialmente Santiago, donde vive la mitad de la población chilena.
Un sistema eléctrico privatizado y frágil
El sector eléctrico en Chile está casi completamente privatizado, un modelo que se consolidó durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). Actualmente, el sistema está dividido en generación, transmisión y distribución, dejando al Estado solo funciones regulatorias y fiscalizadoras.
Desde 2017, el país opera con tres sistemas de interconexión, siendo el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) el más importante y el que falló el martes, ya que abastece al 98 % de la población.
Este no es el primer gran apagón en Chile. En 2010, tras el terremoto, se registró una falla similar, al igual que en 2011. En julio de 2024, un temporal dejó a millones sin luz en Santiago por semanas, lo que llevó a una multa histórica contra la empresa Enel, de origen italiano.
Boric responsabiliza a las empresas y exige respuestas
El presidente Gabriel Boric se pronunció con dureza tras el incidente, culpando al sector privado por la crisis energética.
«Nos indigna que por responsabilidad de una o varias empresas se afecte la vida cotidiana de millones de chilenos. El Estado de Chile hará valer esas responsabilidades», afirmó Boric desde el Palacio de La Moneda.
El ministro de Energía, Diego Pardow, anunció que el gobierno investigará a fondo la falla de ISA Interchile, pero también analizará por qué la recuperación del servicio tomó tantas horas, señalando que en 2011 el suministro comenzó a restablecerse en solo una hora.
Por su parte, ISA Interchile descartó que el fallo se debiera a atentados, incendios o explosiones, asegurando que la línea fue restablecida en 44 minutos, aunque el sistema completo tardó más de ocho horas en volver a la normalidad.
El gobierno tiene 15 días para presentar los resultados de la investigación y definir posibles sanciones.