El subteniente John Z., comandante y jefe de patrulla que capturó a los cuatro menores de las Malvinas, fue condenado este lunes 22 de diciembre a 34 años y ocho meses de prisión por desaparición forzada.Play Video
A él se lo procesó como autor directo del delito de desaparición forzada de los menores. Junto con él, otros diez militares recibieron la misma condena.
También el Tribunal fijó una multa de 800 salarios básicos unificados, la reparación integral de $ 10.000 que deben pagar cada procesado a las víctimas, disculpas públicas por medio de comunicación y ceremonia de desagravio en la base de Taura, incluyendo una placa.
La investigación se inició el 9 de diciembre de 2024 tras recibirse la denuncia de secuestro presentada por el padre de una de las víctimas.
Al principio, la causa fue conocida por la Fiscalía Especializada en Delincuencia Organizada Transnacional e Internacional (Fedoti) y posteriormente, el 22 de diciembre de 2024, fue transferida a la Unidad Especializada de Investigación de Uso Ilegítimo de la Fuerza.
Los menores Josué, Ismael, Nehemías y Steven, de entre 11 y 15 años, fueron detenidos por personal militar en las cercanías de un mall y trasladados en vehículos de las Fuerzas Armadas. Los uniformados de la FAE los detuvieron tras la alerta de un presunto robo.
Días después de la desaparición, los menores fueron hallados carbonizados en una zona de Taura. El 31 de diciembre de 2024, la Fiscalía determinó —mediante pericias de genética forense— que los cuerpos encontrados en Taura pertenecían a las cuatro personas menores de edad desaparecidas.
El juez ponente José Suárez expuso este lunes los detalles de la retención de los cuatro menores. Citó que, según la reconstrucción de los hechos, John Z. y el resto de uniformados retuvieron a los menores, pero contraviniendo los manuales de derechos y legislación se omitió el deber ineludible de comunicar la aprehensión inmediata al ECU911, de entregar a los ciudadanos a la Policía para su judicialización de ser el caso de presentar conducta delictiva y garantizar su integridad física.
Al dar detalles de la retención, el juez dijo que en el trayecto ninguno de los miembros se disoció de la acción delictiva.
Además, el tribunal consideró que en la acción militar hubo pacto de silencio, evitando reportar la verdadera naturaleza del hecho, por lo que se lo vincula con el dolo, según Suárez.
El juez dijo que ha quedado demostrado que la decisión de mover a las víctimas fue una disposición directa del mando.
Durante la lectura del fallo se expusieron además detalles presentados por parte de la Fiscalía General del Estado. Se compartieron nuevamente datos de la retención y el camino de segundo orden de Taura que se mencionó en testimonios, incluyendo agresiones dichas por varios de los cooperadores eficaces.
Allí, los menores fueron forzados a mover un árbol, despojados de sus vestimentas y luego abandonados en situación de vulnerabilidad absoluta.
El juez indicó que existe certeza del delito y participación de los procesados. Que los 16 son militares en servicio activo y forman parte de la patrulla Tango Charly y estuvieron presentes en el lugar de los hechos; que dicha patrulla aprehendió a los menores; que fueron trasladados y abandonados en un camino de segundo orden y que como resultado fue la muerte de los menores.
Dentro del juicio, cinco militares decidieron ser cooperadores. Esto ayudó a obtener datos y permitió que los hechos se aclararan un poco más para entender lo que ocurrió.
Nelson S., uno de los uniformados cooperadores, mencionó que uno de los menores se lesionó en la cabeza al golpearse con la trompetilla de un fusil.
El militar fue parte de la segunda reconstrucción de los hechos. En esta diligencia se recrearon los maltratos y las amenazas contra los menores de edad.
Las versiones también permitieron conocer que un subteniente disparó a unos centímetros de la cabeza de uno de los menores.
También se conoció que los chicos en las Malvinas fueron obligados a desnudarse y que hubo conversaciones en un chat de asesoría militar.
Durante el proceso, la Fiscalía indicó que, cuando se fue a recoger la ropa, el subteniente no se refirió a que los menores fueron desnudados ni tampoco aludió a las agresiones.
La defensa del subteniente rechazó en la fase de los alegatos las acusaciones de los militares cooperadores eficaces e insistió en un supuesto testimonio de alguien que adujo que miembros de la mafia aparentemente se llevaron a los cuatro menores esa noche.